
Por Solange Ramirez Oliva;
Miembro del equipo de Mercado de Capitales de The Key.
La evolución en el mercado de valores inicia a partir de los años 90, con la liberación de la economía peruana, lo cuál favoreció mucho al inicio de inversión en el Perú. Durante los últimos 20 años el mercado de valores peruano ha logrado tener una evolución importante, sin embargo, no ha logrado despegar a un desarrollo que impacte en toda la economía del Perú, y una de las razones principales son los bajos volúmenes de negociación, bajas transacciones y poco líquidez de la Bolsa de Valores de Lima. La cantidad de emisores que listan en la Bolsa de Valores de Lima representa el 0.01% del total de las empresas en el Perú con un número de 262 emisores, siendo una baja representación.
En el siguiente cuadro podemos apreciar que desde el año 1999 al 2022, los montos
negociados en la BVL oscilan en un promedio de 17mil millones de soles.

Fuente: Bolsa de Valores de Lima, Elaboración Propia
En el siguiente cuadro, podemos apreciar que Perú tiene la mas baja capitalización frente a sus pares de latinoamericana.
La Capitalización en el mercado de empresas nacionales que cotizan en Bolsa (% PBI) – Latin American & Caribbean Perú


Fuente: Wikipedia
La Capitalización en el mercado de empresas nacionales que cotizan en Bolsa (% PBI) – Latin American & Caribbean Perú, aquí podemos apreciar, que peses a que tenemos un bajo volumen de negociación nos encontramos en un 43% de capitalización de la media.

Fuente: Banco Mundial, Elaboración Propia
Existe una brecha importante para generar oportunidades de crecimiento de nuestro mercado de valores. Inclusive, el volumen de negociaciones y tipos de financiamiento en el mercado de valores es dirigido sólo un 0.01% del total de todas las compañías del Perú, y el financiamiento que se puede lograr tener en el mercado de valores para el segmento de medianas empresas dentro del segmento del mercado alternativo de valores sólo representa el 2% del total de emisores en el mercado de valores.
El mercado de capitales peruano tiene un rol estratégico en el crecimiento y desarrollo económico del país. A través de la oferta de productos de inversión que representan fuentes de financiamiento alternativo para las empresas, canalizan el ahorro de las personas y los recursos disponibles de las empresas y las instituciones.
A pesar de haber desplegado esfuerzos para promover la inclusión financiera, los principales protagonistas activos (o emisores de valores) siguen siendo el estado, las grandes corporaciones y las instituciones financieras y; por otro lado, los inversionistas más dinámicos las AFP´s, las aseguradoras, los fondos mutuos y los fondos de inversión.
¿Por qué nuestro mercado de valores está tan concentrado?
En primer lugar, tenemos que reconocer que el Perú, en términos de capitalización bursátil, en comparación a los otros países de la región es un mercado pequeño. Los últimos años han tenido como principal emisor al gobierno con sus papeles de deuda pública en soles.
Adicionalmente, el mercado peruano no tiene un alto grado de liquidez, y esto se sustenta en el bajo volumen negociado y la dificultad para vender determinados títulos valores.
Parte del problema del poco movimiento se origina por una alta concentración en pocos emisores; por ejemplo, las acciones “mineras” siguen representando casi la mitad de la capitalización bursátil.
Finalmente, al ser un mercado “poco atractivo” en su oferta local para inversionistas de gran tamaño; el Perú, en términos bursátiles tiene un descalce entre la oferta y demanda, que se origina por un exceso de demanda de inversionistas institucionales por instrumentos. Esta brecha, que se ha incrementado considerablemente en los últimos años, ha generado que los grandes inversionistas deban movilizar sus excedentes a otros mercados, estancando las posibilidades de acceso para nuevos emisores de poco tamaño y limitando el desarrollo del mercado local.
Las limitaciones del mercado se pueden explicar en función a dos tipos de variables que corresponden a temas de forma (“Diseño de Mercado”) y de fondo (“Temas Estructurales”):
Dentro de los temas de “forma”; los cuales tienen que ver con el diseño de nuestro mercado; en primer lugar, el mercado bursátil no genera atractivos relevantes para las medianas empresas frente al financiamiento bancario o alternativo debido principalmente a lo siguiente: (i) Desventajas tributarias para los inversionistas, las inversiones bursátiles y de colocación de capitales están afectas al impuesto a la renta; mientras que los depósitos a plazo no pagan impuestos; (ii) Densa tramitología de preparación de una empresa para emitir en el mercado de valores, los emisores ven el proceso de emisión como “lento, pesado y sobre todo caro” frente a solicitar un financiamiento en un banco; (iii) Alta concentración en la demanda institucional; esto genera que la oferta deba tener, para empezar, cierto tamaño que mueva el interés del inversionista institucional; pero además imponen condiciones de mercado y ello dificulta una formación eficiente de precios de negociación, empujando a los pequeños a que miren la banca como una única opción; y (iv) Es un mercado que genera percepción de potenciales “conflictos de intereses”, debido a la concentración de conglomerados financieros que son principalmente los principales emisores y se fondea entre proveedores de fondos que, a su vez, son sus socios estratégicos.
En segundo lugar, el bajo volumen de negociación se debe principalmente a: (i) Una alta concentración en la tenencia de valores de las AFPs, debido a su estrategia y horizonte de inversión, son más “tenedores” y ello dificulta el dinamismo de la negociación, (ii) Bajo nivel de “acciones flotantes”; solo un tercio de los valores se negocian activamente, el resto son tenencias de largo plazo; (iii) Poco número de inversionistas retail; esto debido a que, el Perú no es un mercado que promueva la planificación financiera personal y, por tanto el crecimiento exponencial del ahorro a través de inversiones con horizonte de largo plazo.
Con respecto a los “temas estructurales”, esto tiene que ver con tres situaciones: (i) El Perú es un mercado emergente que aún no se logra dinamizar a través del mercado de valores; (ii) La estructura empresarial que opera en el país está concentrada en la micro, pequeña y mediana empresa, lo cual es un limitante natural para explorar la incursión en el mercado de valores; (iii) El bajo índice de inclusión financiera, lo cual limita la cantidad de personas con acceso al ahorro “formal” y a la ejecución de estrategias de inversión con horizontes de largo plazo; (iv) Baja cultura financiera, poca difusión del dinamismo de inversión a través del mercado de valores.
Si bien es cierto, la Superintendencia del Mercado de Valores (“SMV”) ha desplegado una serie de medidas con la finalidad de promover el desarrollo del mercado de capitales, lo cierto es que no han tenido el impacto esperado; principalmente por falta de impulso y promoción de los propios agentes de intermediación y representantes bursátiles. Pareciera que todos estamos “cómodos” con lo que hay y no buscamos explorar nuevos “océanos azules” en un mercado claramente pequeño y de limitadas oportunidades de acceso.
Entre las principales medidas promovidas, podemos destacar, entre otras, las siguientes:
a) La creación del MAV (“Mercado Alternativo de Valores”), este mercado se lanzó con la finalidad de facilitar el acceso a empresas más pequeñas; sin embargo, es un mercado que, para los emisores, resulta caro por los costos de adecuación, estructuración y colocación y los financiamientos no han podido lograrse para respaldar proyectos de largo plazo. Asimismo, existen limitaciones por las grandes institucionales como Cofide, AFP, algunos fondos de inversión, en sus políticas de inversión participar de las colocaciones en este segmento.
b) Incentivos al inversionista Retail, enfocados en el ahorro de gastos y tasas de impuesto; así como mayor transparencia y orientación; aunque en una cultura de ahorro tan tradicional y de corte “cortoplacista”, la banca sigue siendo un dominador casi absoluto para el cliente Retail.
c) El programa “Creadores de Mercado”, buscó impulsar la liquidez de ciertos valores, pero no tuvo efectos significativos.
d) El mercado de facturas negociables, sin duda, la medida con mayor dinamismo en el mercado y que viene generando un flujo de inversionistas Retail a través de fondos de inversión y sociedades agentes de bolsa. El gran desafío está en promover mayores beneficios tributarios enfocados en darle mayor seguridad al riesgo de crédito; por ejemplo, la exoneración del IGV para las operaciones de factoraje con recurso, se mejoraría el producto y crecería la oferta.
e) Regulación del Financiamiento Colectivo (Crowdfunding), buscando regular este mercado y normando condiciones mínimas para su desarrollo y protección al inversionista.
f) Promoción de los Fondos de Inversión en bienes inmuebles y renta inmobiliaria (FIRBI, FIBRA), lo que aumentó la oferta de valores en renta variable.
El desarrollo del mercado de valores en el Perú tiene dos frentes, por un lado la política de estado en facilitar el acceso al mercado a través de incentivos tributarios; por ejemplo, exonerándolo plenamente de los impuestos a las ganancias de capital para todos aquellos que inviertan en instrumentos públicos, entre otros; la regulación del 5 ingreso de emisores y la regulación de la concentración del mercado. Por otro lado, se debe de fortalecer el compromiso de los intermediadores de crear nuevos productos que acerquen a las medianas empresas y que resulten atractivos a los inversionistas. Un camino que, sin duda la digitalización contribuirá porque aportará transparencia e información oportuna.
Existe un gran reto de todos los actores políticos, institucionales, empresas privadas, organismos de promoción del mercado de valores en promover desde el colegio, universidades a los futuros inversionistas y generadores de la economía, así como incentivar al ahorro e inversión a través de la educación financiera.
Solange Ramírez es Gerente de Inversiones de BLANCO SAF, MBA por la Universidad Privada de Ciencias Aplicadas y Licenciada en Administración y Gerencia por la Universidad Ricardo Palma.
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