“Mi economía antes y después del Covid-19”

Por Juan José Inoñan Olivera;

Docente Universitario a Tiempo Parcial.

Universidad Cesar Vallejo.

Como consecuencia de la aparición de la pandemia de la Covid-19 en China que se esparció alrededor de todo el planeta obligando al gobierno peruano a tomar medidas de restricción de las actividades económicas en el país, ocasionó la recesión económica que se evidenció en una caída del Producto Bruto Interno a 11.1% y un incremento en las tasas de desempleo, pobreza monetaria y extrema en el país al cierre del año 2020, ante una coyuntura desfavorable se asumieron políticas monetarias y fiscales para mitigar los efectos negativos de la pandemia. La principal medida en tema monetario fue la reducción de la tasa de interés referencial a 0.25%, lo que permitió reducir el costo de financiamiento de los créditos destinados a familias y empresas. Adicionalmente se dieron los Programas Reactiva y Fae Mype con el objetivo de mantener la cadena de pagos y permitir a las empresas mantener su operatividad, con el fín de atender las necesidades de la población afectadas severamente en su nivel de ingresos. También se otorgaron bonos y como iniciativas legislativas se permitió el retiro del fondo privado de pensiones (AFP), facilidades para el pago de deuda tributaria, subvenciones a las planillas de las microempresas, siendo estas medidas destinadas a garantizar la continuidad de la operatividad de las empresas para que  se reduzca la incidencia por quiebra de las empresas y por lo tanto, el incremento del nivel de desempleo. Asimismo, con respecto a las personas de los sectores más vulnerables se les otorgaron bonos para que atiendan sus principales necesidades y de esta manera se incentivó el consumo; con respecto a la política monetaria expansiva, esta se dirigió a incentivar el crédito para  incrementar el consumo de las familias y la inversión de las empresas. Si bien al segundo cierre del año 2020 la caída del Producto Bruto Interno era del 30%, la reactivación de las actividades económicas a partir del tercer trimestre más las medidas adoptadas permitieron que la economía al final del año 2020 solo tenga una caída de 11.1%.

 

El año 2021 empezó con expectativas electorales y con la activación de todas las actividades económicas, lo que permitió al final del año poder crecer un 13.1%, lo que se denomina el efecto rebote de la economía. Sin embargo, el plano político y el escenario electoral jugó en contra con respecto a variables como el tipo de cambio que sufrió incrementos bruscos debido a las expectativas negativas que se generaron con respecto al nuevo gobierno del Presidente Pedro Castillo Terrones, lo que provocó una salida de capitales del país, causa que el tipo de cambio suba por arriba del  rango meta establecida por el Banco Central de Reserva del Perú. Es por esto que el  BCRP se vio obligado a intervenir con el fín de reducir el tipo de cambio. El incremento del tipo de cambio generó a su vez un proceso inflacionario en la economía. Si bien durante el 2021 hubo crecimiento económico, es decir, tuvo una variación positiva en el Producto Bruto Interno, si realizamos una comparación con el periodo pre-pandemia tanto los niveles de ingresos promedio, niveles de desempleo y niveles de pobreza no fueron alcanzados. Además, se destaca negativamente los problemas internos vinculados a factores políticos que juegan en contra, obstaculizando la inversión privada lo que no permite que mejoren los niveles de empleo.

 

Es así que el 2022 empezó afectado por factores externos que están afectando las expectativas y el desenvolvimiento de la economía, como la guerra entre Rusia y Ucrania que ha generado el incremento del precio internacional de los principales insumos alimenticios, fertilizantes y petróleo, ocasionando un proceso inflacionario global que nos ha afectado pues, a julio, la tasa de inflación medida a través del Índice de precios al consumidor (IPC) se mantenía en 8.74%, afectando a la capacidad adquisitiva de la inflación y la gestión financiera de la empresas. Otro evento que está jugando en contra de la economía es la recesión económica (caída en el Producto Bruto Interno por dos trimestres consecutivos) que se está dando en EE.UU. aunado a un proceso inflacionario, lo que se conoce como estanflación. Las principales economías del mundo, al tener afecciones, como por ejemplo: EE.UU. por su la estanflación y China por las restricciones debido a la Covid-19, por ser una las principales economías compradoras de bienes y servicios del mundo y uno de los principales destinos de nuestros bienes y servicios, respectivamente, consiguen afectar directamente a la economía peruana por que reducen el tráfico comercial y por tanto las exportaciones.

 

Con respecto a la inflación una de las principales variables, el BCRP de acuerdo a sus expectativas ha optado por incrementar la tasa de interés referencial hasta el 6.75% con el fín de contener el incremento brusco de la inflación, con esto al mes de julio la inflación se ha visto ligeramente reducida. La inflación tendrá una reducción lenta y paulatina, y a partir del tercer trimestre del 2023 regresaran a los niveles de pre pandemia. Se destaca que durante el periodo de análisis el ruido político ha generado expectativas negativas que por un lado afectan la inversión privada y por otro lado generan salida de capitales lo que origina incremento en el tipo de cambio. Con respecto al cierre de este año se prevé un crecimiento del Producto Bruto Interno entre el 2.5% y el 3%, los ingresos promedios y el niveles aún no están a niveles de pre pandemia y la pobreza monetaria y extrema tiene una expectativa negativa tomando en cuenta un incremento en el costo de la canasta básica familiar como consecuencia de la inflación.

 

Ante la coyuntura complicada de la economía, las principales recetas para mejorar la situación económica del país deben enfocarse en buscar mejorar el factor político que permita volver a generar un escenario apropiado para atraer y desarrollar la inversión privada, destrabar los grandes proyectos que tendrán efecto positivo en la economía con la generación de empleos y estimulación del sector servicios. Con respecto al aparato estatal establecer mejora en el seguimiento de la ejecución de los presupuestos otorgados a todas las entidades públicas a todo nivel. Otro aspecto que resulta importante es trabajar en la prevención de la corrupción a través de mejores acciones de control en la gestión pública. Con respecto al nivel elevado de informalidad de la economía peruana que llega casi al 80% es necesario trabajar una política a largo plazo que permita incrementar paulatinamente el nivel de formalidad en el país. Es importante incrementar las capacidades en los microempresarios siendo el cooperativismo una importante herramienta la competitividad. Todas las acciones deben mejorar las perspectivas que tiene la misma población con respecto al futuro económico inmediato del país, por lo que reestablecer el orden político deber ser el primer paso para recuperar la confianza de todos los peruanos ya sea aquellos que forman parte del mercado como de los que no, porque ambos permitirán la creación de puestos de trabajo, y por ende la mejora en los ingresos de los peruanos severamente afectados durante estos últimos años.

Imagen de cabecera: Cortesía del columnista